No sale nada

Con la derrota de ayer Osasuna se está consolidado en el farolillo rojo de la tabla de clasificación y eso son palabras mayores. Por si fuera poco, la imagen que ofrecen es mala, el fútbol que juegan es intermitente y poco vistoso y la falta de motivación es alarmante. Si a esto le unimos los fallos en defensa, las decisiones arbitrales y la pobre efectividad del equipo, nos encontramos ante la mayor crisis de los últimos años.

Ayer Mendilíbar fue muy claro en la rueda de prensa: «El equipo no está para competir en Primera División«. El técnico vasco confía en sus jugadores y para nada duda de su plantilla, pero tiene claro que con el momento que vive su equipo ahora mismo no da para ganar partidos en una Liga de tanta exigencia. Las bajas de jugadores tan importantes como Sergio, Nekounam o Raúl García están siendo determinantes. Ellos sostenían en gran parte el equipo, aportaban veteranía, experiencia, regularidad y gol. Ya sólo quedaba Puñal como hombre experimentado y que diera equilibrio al equipo, pero con la sanción de cuatro partidos que recibió el equipo se ha quedado huérfano de líderes. Todas estas carencias se agravan en los partidos lejos de el Sadar, y es que Osasuna salé al césped derrotado desde el inicio del encuentro. Da la impresión de que ya se ha asumido que los partidos fuera de casa no se pueden ganar, y parece que ni siquiera se busca el empate. La garra y entrega que lleva a los rojillos a sacar tantos puntos en casa hay que trasladarla a los partidos lejos de Pamplona. No se puede concebir que un club profesional regale de esta manera los partidos cuando se juega tanto y está en la situación que está. El próximo domingo ante el Levante hay que cambiar esta dinámica y conseguir de una vez esa primera victoria tan necesaria para que el equipo comience a carburar. En los dos anteriores partidos como locales el equipo ya rozó el triunfo, pero entre la polémica de Muñiz Fernández ante el Barcelona y el arreón final del Mallorca, se escaparon las victorias.

Mendilíbar es un entrenador de garantías que ha demostrado de sobra que está a la altura para sacar esto adelante. Pero no puede permitir tantos errores defensivos que en muchos casos llegan por falta de concentración. Cuando el equipo se repone del mal inicio en la Romareda y el tempranero gol, no se puede permitir echar todo por tierra con un autogol por un mal despeje. De la misma manera que hay que evitar cometer un penalti como el de Loe cuando todavía estaban vivos y podían lograr el empate. En Coruña y Vigo también hubo errores de bulto que costaron la derrota a Osasuna y es que de los últimos 42 partidos de Liga, sólo se han mantenido la puerta a cero en 9 de ellos. Una estadística que evidencia por completo la falta de fiabilidad defensiva del equipo, uno de los puntos fuertes que había años atrás. Si a esto unimos que ya van dos penaltis en contra por ninguno a favor, que se han recibido tres tarjetas rojas por sólo una del rival y que ya el año pasado hubo cinco penaltis en contra y sólo dos a favor, nos damos cuenta que ahí hay algo en lo que trabajar. En partidos puntuales el árbitro ha podido perjudicar, pero en una estadística de tantos partidos la lectura es clara.

Durante esta semana es fundamental que la plantilla encuentre la motivación para acabar con esta falta de competitividad que estamos viendo cada jornada. Hay que saber sobreponerse a las bajas y pelear bien nuestras armas. Un Estadio lleno de rojillos alentando sin parar durante los 90 minutos ayudaría a que se empezaran a creer que esto es posible. El Levante debe ser la primera víctima en nuestra lucha por seguir un año más en la máxima categoría.

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*Foto Mikel Saiz

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