El equipo navarro ha pasado del cielo al infierno en cinco jornadas. Ya nadie se acuerda de la espectacular goleada ante el Atlético de Madrid que dejaba la salvación muy encarrilada. Con 0 puntos en los siguientes 5 partidos, los de Javi Gracia se asoman al precipicio.
Pero el problema no está sólo en los resultados, sino que en las cinco derrotas se ha quedado atrás ese conjunto valiente, que peleó cada balón ante los colchoneros hasta el punto de golearles en 40 minutos. En la visita al Levante ya faltó intensidad y falta de ideas a la hora de dar la vuelta a un resultado adverso estando el rival con un jugador menos. En la visita del Málaga, ya empezaron a saltar las alarmas por no ser capaces de ganar en casa a un rival directo. Osasuna no jugó nada bien, pero si dispuso de ocasiones muy claras que no debía haber perdonado, además esa jornada habían ganado los equipos de descenso y la renta se redujo a la mitad. Por si fuera poco, después tocaba visitar el Camp Nou, donde una derrota entraba dentro de la lógica, pero donde no se puede permitir que el equipo baje los brazos en el minuto 20 y encaje un sonrojante 7-0. No hubo ni ganas ni ilusión por pelear aunque fuera unos minutos a un equipos que venía de perder ante un rival de nuestra Liga. No quedó ahí la cosa, ya que existió una actitud similar frente a un Sevilla que llegó en la reserva tras su partido europeo y se llevó los tres puntos con aparente facilidad. Los navarros jugaron sin garra y, a pesar de tener minutos para remontar, no lo intentaron. Estos cuatro resultados, hicieron de la visita a Vallecas una auténtica final, pero en el terreno de juego no lo pareció.
Ante el Rayo se vio a un Osasuna conformista y sin ambición. Como los madrileños controlaban el partido, parecía que se daba por bueno el 0-0, incluso Javi Gracia salió con un sistema más conservador que mantuvo hasta el minuto 76, porque hasta ese momento no fue capaz de realizar un cambio ofensivo, mandar un mensaje de que quería ganar. Algo que sí hizo Paco Jémez y tuvo su premio. El conjunto rojillo parece hoy por hoy el menos competitivo del campeonato e incapaz de reaccionar a un marcador adverso tanto desde el campo, como desde el banquillo, y así los equipos se van a Segunda División.
No tentemos más a la suerte. Llevamos 5 derrotas consecutivas y aun así no estamos en descenso, coño reacionemos, si por lo que se está viendo a poco que se haga se pueden ganar partidos.
Por lo visto en los últimos partidos Osasuna no es, .
La raza de este equipo se perdió hace tiempo.
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