Kike Sola, de la nada a la red

El delantero navarro de Osasuna se ha convertido en una de las sensaciones de la Liga en las últimas jornadas. Con sus goles ha dado importantes puntos a su equipo para lograr la salvación, convirtiéndose así­ en una pieza clave en el once de Mendilí­bar. Pero si echamos la mirada atrás podemos ver como su temporada y su carrera no han sido un camino de rosas.

Siendo un chaval abandonó Cascante, con destino Bilbao, para acabar en Lezama, pero allí­ no le fueron bien las cosas pese a un buen año cadete con más de treinta goles anotados. Cuando Jon Iturralde se convirtió en su entrenador, Kike Sola comenzó a ser apartado del equipo y, como el mismo comentó años atrás, le hizo la vida imposible hasta amargarle. Todo esto motivó que el navarro pidiera la carta de libertad y fichara por el equipo de su pueblo, el Aluvión de Tercera División, antes de recalar en Osasuna. En Tajonar pasó por el Juvenil y Promesas, siempre de la mano de Ziganda, donde coincidió con una buena generación de jugadores como Monreal, Raúl Garcí­a o Javi Martí­nez. El mismo técnico fue quien le dio la oportunidad de jugar en la máxima categorí­a con el primer equipo.

Kike celebra uno de los dos goles en su debut

Su debut en Primera División fue el soñado por todo delantero. Con su equipo goleando al Betis en Sevilla entró a jugar los últimos 20 minutos y superó al internacional Juanito haciendo dos goles en ese tiempo. Incluso recibió una tarjeta amarilla al quitarse la camiseta, como le dijo su entrenador, mostrando así­ que era un hombre y no un niño. Toda la afición rojilla se ilusionó después de ese partido, veí­an que por fin podí­a salir un delantero de la cantera que pudiera marcar diferencias.

En la pretemporada siguiente trabajó hasta conseguir hacerse con un hueco en la primera plantilla. No fue fácil ya que aquel verano Osasuna, que sufrió numerosas bajas en ataque, invirtió mucho dinero en fichar a varios delanteros como Medina, Portillo, Pandiani y Dady. Pese a la dura competencia acabó teniendo minutos en determinados momentos de la temporada y sumó tres goles en 20 partidos, además debutó con la selección española sub-21. Quizá no rindió como muchos esperaban de él, pero, como primer año profesional, la temporada no fue mala y tení­a el año siguiente la oportunidad de confirmarse. En cambio sus números, lejos de mejorar una temporada después, fueron a peor y no fue capaz de anotar ningún gol. Lo que le supuso tener todaví­a menos oportunidades de disfrutar de minutos.

Tras un año en blanco de cara a gol Osasuna comenzó a replantearse el futuro del cascantino y eran muchos los equipos de Segunda que suspiraban por conseguir su cesión. Finalmente fue el Numancia quien se hizo con sus servicios al incluirlo en el fichaje de Aranda por el cuadro navarro. Se pensaba que un año en la división de plata vendrí­a muy bien a Kike para tener minutos, regularidad y marcar muchos goles. Las cosas no salieron como se esperaban y no tení­a las oportunidades que le hubieran gustando. Este hecho forzó que, en el mercado de invierno, acabara en el Levadiakos griego en busca de una oportunidad. La aventura griega se saldó con un gol en diez partidos y un Kike Sola que volví­a a Osasuna, tras un año de cesiones, sin haber confirmado ese goleador que llevaba dentro.

Llegó a Soria buscando minutos y goles.

En la pasada pretemporada tanto el delantero como Camacho dejaron claras sus ideas. El primero no querí­a más cesiones y se iba a quedar en Pamplona en busca de su última oportunidad. Mientras que el entrenador murciano preferí­a su salida pero, en caso de quedarse, le harí­a un hueco en la plantilla siendo el último delantero de la lista. A la competencia de Pandiani y Aranda habí­a que sumar al gigantón Lekic que aterrizó en Pamplona tras pagarse 2,6 millones de € por su fichaje. Llegó el mercado de invierno y de nuevo muchos equipos de Segunda competí­an por conseguir la cesión de Kike Sola. El navarro, pese a sumar poco más de 50 minutos en dos partidos insistí­a en que hasta Junio no saldrí­a de Osasuna y que confiaba en sus posibilidades.

Pasaron los partidos y Camacho lo seguí­a dejando casi todas las jornadas sin convocar. Entonces, en el mes de Febrero, llegó el cese del entrenador murciano y con la contratación de Mendilí­bar todos los jugadores partí­an de cero. Por si fuera poco Pandiani y Aranda se convirtieron en baja por lesión y Leka no cumplí­a como se esperaba. Así­ que Sola se convirtió por fin en el delantero titular de Osasuna en la visita a Málaga. Puso muchas ganas pero estuvo lejos del gol y fue sustituido por Aranda en la primera victoria a domicilio de la temporada. Pese a las dudas, el técnico vasco volvió a confiar en el navarro, tras recaer Aranda de su lesión, en la siguiente jornada. Osasuna se enfrentaba al Racing en Pamplona y necesitaba una victoria para consolidarse lejos de la zona de descenso y así­ fue. Osasuna goleó a los cántabros y Sola participó en los tres tantos rojillos anotando el primero de ellos. Desde ese partido hasta la última jornada ha sido el delantero titular de los navarros anotando siete goles, una cifra que lo convierte en el máximo realizador de Osasuna esta temporada, y dejando constancia de su entrega y calidad.

Con la temporada finalizada habrá que ver si se le ofrece la merecida renovación ya que, en 2012, acabará su contrato con el equipo de su tierra. En el que, tras mucho luchar, ha conseguido ganarse su sitio en el equipo titular a base de goles. Seguro que la próxima temporada volverá a ser un jugador fundamental en el esquema de Mendilí­bar y habrá que ver que rendimiento es capaz de ofrecer siendo un jugador importante desde el principio.

TRAYECTORIA:

*Artículo publicado en Masliga.com