El cuadro rojillo logró ayer la salvación matemática a falta de cuatro jornadas. Es algo que en los últimos años se ha vuelto una costumbre, pero no por eso deja de tener un mérito enorme.
En la etapa de catorce temporadas seguidas en Primera, hasta el descenso de 2014, era habitual ver como Osasuna sufría hasta el último día para lograr el objetivo. Algún año se conseguía con 1 ó 2 jornadas de antelación y era un logro tremendo, una satisfacción. Sin embargo en esta etapa con Arrasate al mando se está logrando con relativa «facilidad» casi siempre a falta de cuatro jornadas o de cuatro partidos por disputar. Ayer con la victoria ante el Almería se dejó al Cádiz a 12 puntos más el golaverage, quedando sólo cuatro partidos, y con la derrota del Getafe los madrileños quedaron ya a 13 puntos. Lo que sumado a las distancias de Espanyol y Elche, dejan a los rojillos matemáticamente en Primera División un año más.