Osasuna afronta las diez últimas jornadas de Liga estando tres puntos por encima del descenso. De los partidos restantes, seis son en El Sadar, algo que beneficia a los navarros. Para este final de campeonato, es imprescindible que se olviden de las tres últimas derrotas y que vuelvan a competir como en los partidos de febrero.
Lo peor del partido ante el Barcelona no fue perder, ni siquiera el humillante resultado, fue que el equipo bajara los brazos tan pronto. Con el 2-0 se vieron ya derrotados y decidieron no luchar como un equipo profesional durante el resto del encuentro. La renta de siete puntos que se tenía después de ganar al Atlético ha estado a punto de convertirse en cero después de caer ante Levante, Málaga y Barcelona. Por suerte, los resultados de la pasada jornada sirvieron para mantener los tres puntos sobre el 18º puesto. El siguiente domingo se recibirá al Sevilla, un conjunto en clara ascensión y que está situado en la zona alta de la tabla. Afortunadamente, el jueves tienen un duro partido europeo ante el Betis, su máximo rival, ante el que tendrán que remontar un 0-2. La tensión de la eliminatoria y los pocos días que tendrán de descanso juegan en favor de Osasuna, que ya no se puede permitir otro tropiezo y está obligado a ganar.
Es hora de sumar de nuevo, tanto en casa como fuera, y para eso hay que recuperar la confianza, la solidez defensiva y acabar con los 330 minutos que llevan los rojillos sin marcar un gol.
A ver si por fin nos pitan un penalti a favor y nos sirve para ganar al Sevilla el domingo.
Habrá que sumar al menos el 50% de los puntos en juego para seguir en Primera y no va a ser fácil.
Los de Gracia tienen 6 partidos en casa y 4 fuera del Sadar, así que la permanencia nos la jugamos en Pamplona.
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