Osasuna Promesas ha comenzado con mal píe la última eliminatoria de ascenso a la categoría de bronce. Los navarros no jugaron su mejor partido, pero no merecieron el 0-1 final.
En un partido que parecía que acabaría con 0-0, resultado que buscaron los visitantes y que no era del todo malo para el filial rojillo, acabó llegando un gol debido a la mala fortuna. Un remate del Gernika rebotó en un defensa, lo que evitó que pudiera llegar Juan Pérez a por el balón y rompió la imbatibilidad de El Sadar en estos playoff. Ahora toca pelear por la remontado a domicilio en el que será el último partido de la temporada del Promesas. Con la obligación de ganar para lograr el ascenso, los de David García cerrarán la temporada con una buena sensación por el trabajo realizado.
Lo mejor volvió a ser de nuevo la afición, con más de 2.500 seguidores que animaron sin cesar a Osasuna.
