La goleada recibida el domingo en Mestalla no debe ser un punto de inflexión en la línea del equipo. Osasuna sigue fuera de descenso y, aunque era una gran oportunidad para ganar, las circunstancias del partido hicieron que fuera casi imposible evitar el marcador.
El Valencia, que llevaba una mala racha liguera, venía de ganar al Swansea en Europa League y tenía la oportunidad de confirmar la reacción. Para un equipo como Osasuna, es muy difícil sacar adelante un encuentro con tantos minutos en inferioridad numérica, fuera de casa, ante un rival de mayor entidad y además con la racha existente precisamente en ese estadio. En los primeros 15 minutos, jugando once contra once, Osasuna parecía bien plantado en el terreno de juego y tenía sus opciones a la contra. Es cierto que no se pueden sacar conclusiones en tan poco tiempo de partido, pero la realidad es que sería más justo valorar ese cuarto de hora que el resto del partido sin Puñal.
Esta temporada se están dejando escapar muchos puntos en partidos que se podían haber ganado o empatado, pero el de Valencia no creo que sea un encuentro que incluir en esa lista ya que sería injusto. El 3-0 no debe afectar a la perspectiva del equipo de la misma manera que no lo debería hacer perder ante el Real Madrid el día 14. Los navarros están obligados a ganar cada partido en casa, pero con la diferencia de potencial perder no sería extraño. En la siguiente jornada, visitando Balaidos, Osasuna vuelve a jugar partidos de su Liga donde tiene que seguir sumando puntos y ampliar su colchó sobre el descenso.
Se perdió una oportunidad de oro pues hasta el primer gol el Valencia no dio sensación de equipo. El problema es el próximo partido en el Sadar ante el Madrid pues sin se pierde iremos a Vigo con la presión de que hay que ganar si o si y eso no es bueno.
Que a estas alturas de la competición estemos con sólo 13 puntos y fuera del descenso es un milagro.