Ayer había un grito que se repetía una vez tras otra en el Sadar. Y no hablamos sólo de la grada, sino que también en el vestuario rojillo y zona de prensa. El capitán de Osasuna es uno de los más queridos por la afición debido a su profesionalidad, sencillez y entrega, y ayer firmó uno de sus partidos más gloriosos.
Puñal tiene un sitio en la historia de Osasuna por varias razones, ya que es el jugador que más partidos ha disputado, el más veterano en marcar un gol en Primera, uno de los líderes del equipo dentro y fuera del campo y, sobre todo, un ejemplo de osasunismo. Esta ha sido su temporada más complicada desde que volvió de la cesión al Leganés. Durante once temporadas, había sido titular indiscutible con todos los entrenadores y apenas se perdía partidos. Este campeonato lo comenzó siendo titular una vez más, pero la sanción de cuatro partidos y una posterior lesión le alejaron de su habitual regularidad y, en algunos partidos, se quedó fuera de la convocatoria. Sin embargo en las últimas jornadas, cuando Osasuna se jugaba la vida, Puñal estuvo en el terreno de juego y fue clave para lograr el objetivo. No sólo por su espectacular gol al Sevilla, que también, ni por provocar la falta en la que llegó el gol de Cejudo, sino por su pelea durante todo el partido, por marcar cuando muchos dejaban de creer y por ser clave el día que había que estar ahí.
Para los que no sean seguidores de Osasuna es complicado entender el cariño que se le tiene a Puñal, pero siempre será un jugador que se recordará en el Sadar y, siga jugando o esté retirado, el campo rojillo retumbará al grito de: «No podrán parar a Patxi Puñal«
Grande nuestro capitán.
Este equipo necesita más jugadores como Puñal y un entrenador y junta directiva que crean en la cantera de Tajonar.
Aúpa Patxi Puñal.