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(Jor.3) Osasuna 1-3 Alavés

Primera derrota de la temporada para un Osasuna que no supo coger el punto al partido. Un mal comienzo y dos despistes defensivos le valieron al Alavés para golear en el Sadar. Los navarros reaccionaron tarde y de forma tímida, siendo incapaces de darle la vuelta al marcador.

Osasuna comenzó incómodo ante un Alavés que jugaba más arriba. En el minuto 4, Toti remató alto tras recortar dentro del área. El conjunto vasco no tardaría en adelantarse en el marcador ya que, en el 12, Echaide cometió penalti al derribar al navarro Vélez. La pena máxima la transformó Juli y puso a los suyos por delante. Los rojillos sólo habían tenido dos tímidas llegadas, ambas con Nino como protagonista. En el 21, Sisi disparó con potencia desde fuera del área, pero el balón salió pegado al palo. Osasuna mejoró y comenzó a llegar con más frecuencia. Nekounam pudo empatar el encuentro con un remate de cabeza en área pequeña, sin embargo el esférico salió alto. A los 34 minutos, Riesgo tuvo que despejar a bocajarro un taconazo de Laguardia. En el 38 llegó la ocasión más clara de Osasuna. Nino peinó una falta lateral que despejó bajo palos Manu, llegando el rechace a Merino que remató alto con todo a favor para marcar. El árbitro invalidó la jugada por supuesto fuera de juego de Nekounam.

Urban no quería más fallos defensivos y dio entrada tras el descanso a Lotiès y Cadamuro. Osasuna salió con fuerza, llegando con remates de De las Cuevas tras jugada personal y de Miguel Flaño en un corner. Poco duró el arreón ya que el Alavés dejó sentenciado el partido en dos acciones casi consecutivas. En el 49, Velez marcó a placer tras un pase de Sangallí que aprovechó el enorme hueco que había dejado la defensa. Dos minutos después, Migue puso el tercero al verse beneficiado de un fallo de Riesgo. El jugador del Alavés empujó el balón con la mano, pero el árbitro no vio ni señaló nada. A los navarros les costó volver a creer, pero un penalti provocado por Cadamuro y transformado por Nekounam en el 67 dieron vida a Osasuna que comenzó a buscar la portería rival. El dominio rojillo era evidente, y jugaban a una velocidad más, pero sin llegar a transformarlo en ocasiones claras de gol. En el 88, un zapatazo de Lotiès desde 25 metros salió pegado al palo de Manu y, en el 93, Nino remató a manos del portero rival.

Bajada a la tierra para equipo y afición. La Segunda División es tremendamente competitiva y si fallas lo pagas. Un penalti evitable de Echaide, un fallo defensivo y un balón mal atajado de Riesgo pusieron la victoria a cuatro goles, algo que Osasuna no se puede permitir en El Sadar si quiere ascender. La reacción estuvo ahí, pero sin apenas claridad. Hay mimbres y tiempo de sobra, pero hay que trabajar en la dirección correcta desde ya.

Ficha técnica:

*Foto lfp.es