El encuentro de ayer de Osasuna fue uno de esos que se tachan como ‘partido de oficio’, ‘buen empate’, ‘si no se puede ganar, por lo menos que se puntúa’, etcétera, etcétera, etcétera. El resultado maquilló un pésimo espectáculo para el espectador, pero que permite a los navarros seguir soñando con mantenerse en la zona media de la tabla y acumular cinco partidos sin perder en Liga.
El Granada, como equipo local que era, apretó más que Osasuna. Aprovechando la velocidad de sus atacantes que tanto incomodan siempre a la defensa rojilla. Con el paso de los minutos se vislumbraba un 0-0 de manual que, porqué no decirlo, era un resultado que no disgustaba a ninguno de los dos equipos. Sin la garantía de Andrés en la puerta y en uno de los partidos más discretos de los laterales de Osasuna, que tan bien están rindiendo este año, los navarros firmaron un partido sólido atrás que les permitió mantener la puerta a cero. Y eso tapó el pobre rendimiento que se ofreció en ataque, con un Cejudo lejos del de las pasadas jornadas, con Armenteros y De las Cuevas intentándolo, aunque fuera de su estado óptimo de forma, y con Oriol Riera destacando más en labores defensivas que en ataque.
Dejando críticas y lamentos a un lado, la realidad es que Osasuna sumó fuera de casa, acumula 7 de los últimos 9 puntos y no perdió un partidos de los que a principio de año perdía seguro. El paso adelante de los hombres de Javi Gracia es evidente, y se puede cerrar la jornada 6 puntos por encima del descenso. Como diría Boskov, punto ser punto.
Mañana todos con el Bilbao.
A 6 puntos del descenso pero próximo partido ante el At. Bilbao en el Sadar es clave y hay que ganarlo.