El partido de mañana es muy importante para un Osasuna que puede seguir una línea paralela a la de la temporada pasada. Los rojillos comenzaron con tres derrotas seguidas y no lograron el primer triunfo hasta la jornada 6.
Un mal comienzo obliga a ir a remolque casi todo el campeonato, lo que dificulta muchísimo lograr la salvación. Los navarros empezaron la Liga como locales y ante un rival directo con alguna baja importante. Era el escenario ideal para obtener los primeros tres puntos, sin embargo se perdió ante el Granada y comenzaron las dudas. Ante el Athletic cambió el guión, pero se volvió a caer y el equipo de Mendilíbar ya es colista.
El próximo rival es el Villarreal, un recién ascendido, pero que se ha reforzado muy bien y suma dos seis puntos. Una victoria cambiaría de golpe la situación rojilla, dando un golpe de moral a equipo y afición que, seguramente, verían a los suyos fuera del descenso. Es muy pronto para alarmismos, pero Osasuna sabe por experiencia que cuanto más tardan en llegar los triunfos, más se sufre durante la temporada.
Así es o se gana o mal asunto. Se habrá enterado de eso Mendilibar o saldremos a empatar o perder.