Ante la imposibilidad de traspasarle o alcanzar un acuerdo con el jugador, el cuadro navarro ha decidido rescindir unilateralmente el contrato que les unía.
No ha tenido el mejor final la etapa de Enric Gallego en Osasuna, al comunicarle el club que rompía la vinculación que les unía hasta 2022. Hubo un acuerdo con el Eibar para su traspaso, pero el delantero catalán no aceptó las condiciones. Además no se consiguió llegar a un acuerdo con él, por lo que los rojillos han optado por esta decisión para evitar así tener que pagar un 1M€ al Getafe en caso de permanencia en Primera.
En el comunicado, lleno de frialdad, no se le ha agradecido su rendimiento y deseado suerte en próximos retos como sucede con todos los jugadores.