El argentino pone fin a su etapa en Osasuna tras cuatro años y medio como rojillo. Y resuelve un culebrón que ha durado más de una semana, con diferentes equipos implicados.
Desde que salió el rumor que situaba al Chimy Ávila en el Betis la operación no paró de acelerarse, para luego frenarse en seco hasta hoy que se ha terminado de cerrar. El delantero de 29 años estaba probablemente en su temporada con menos protagonismo, lo que unido a su deseo de salir ha obligado al club a aceptar la oferta bética. De esta manera Osasuna se quita una de las fichas más elevadas de la plantilla e ingresa una cantidad que supera la inversión realizada por él en el verano de 2020. Deja atrás una trayectoria inolvidable por todos los altibajos que ha tenido. Su primera media temporada fue probablemente la de máximo nivel de un jugador en Pamplona, y cuando parecía que saldría por los 25M€ que figuraban en su cláusula se rompió el cruzado. Tras recuperarse sufrió la misma lesión en la otra rodilla, pero supo reponerse y ser importante de nuevo.
El traspaso finalmente se cifra en 4M€ fijos más 0,7M€ en variables, cantidad que irá íntegra al club. Además Osasuna se hace con un 10% adicional de Raúl García de Haro, del que el Betis mantenía el 35% de una futura venta y obtendría un 20% de la plusvalía de una futura venta del Chimy. Por último el jugador perdona una cantidad que le queda por cobrar para redondear la operación a 6M€.