Con casi todo el mercado de fichajes por delante y las dos primeras incorporaciones hechas oficiales, en Osasuna todo gira en torno a lo que pase con Budimir.
El delantero croata es sin duda la gran prioridad del club, pero el problema radica en su precio. El conjunto rojillo no es uno de los más poderosos económicamente de la Liga, y en la situación de crisis que vive el fútbol por el coronavirus su capacidad es todavía menor. Hace algo menos de un año, en el último día del mercado de fichajes, Braulio cerró la cesión de Budimir. El director deportivo aseguraba que pese a estar contento con la plantilla que tenía, no podía dejar pasar la oportunidad de contratarle presentándose la opción. En la negociación con el Mallorca se fijó una opción de compra de 8M€, cifra muy alta para los navarros y que la mayoría al leerla pensaría que en un año no se iba a ejecutar. Sin embargo su buen rendimiento goleador ha hecho que Osasuna quiera poner toda la carne en el asador para hacerse con él. Ya sea a menor precio, con variables o en diferentes plazos de pago. Hay que recordar que el fichaje más caro de la historia fue el de Dady, en 2007, por 3,5M€. Es decir, la contratación de Budimir costaría más del doble a Osasuna, de ahí el vértigo del traspaso. Y es que si los rojillos se gastan esa cifra, no pueden fallar y el fichaje tiene que funcionar sí o sí. El delantero croata, que ahora está concentrado con su selección para disputar la Eurocopa, cumplirá 30 años el próximo mes. Por tanto las opciones de amortizarlo con un contrato largo o con una venta futura son limitadas, y existirá la presión su rendimiento sea inmediato y constante, como el del fichaje más caro del club con diferencia. En las dos últimas temporadas ha marcado 24 goles en Primera División, y su nivel debería seguir siendo ese y a la vez ser clave para lograr cada año la permanencia.
La dirección deportiva trabaja paralelamente en otras opciones para la delantera y para más puestos, pero todo va a depender de lo que acabe sucediendo con Budimir.