La trayectoria del nuevo delantero de Osasuna no es la habitual en un jugador profesional. Su tardía explosión fue una sorpresa en el fútbol español.
Enric Gallego debutó en Primera División hace un año, con 32 primaveras, y con sólo media temporada de experiencia en Segunda División. Tras una carrera principalmente en Tercera División catalana y alternando el fútbol con otros trabajos, no se hizo un fijo en Segunda B hasta los 27 años. Su primera gran temporada fue la 16/17 marcando 16 goles con el Cornellà, subiendo la cifra a 18 en tan sólo media campaña un año después, lo que le sirvió para fichar por el Extremadura donde marcó otros 11 tantos y ascendió a la categoría de plata. Con casi 30 dianas en una sola temporada siguió en el conjunto extremeño, y ahí terminó de romper. Sus 15 goles en 19 partidos valieron para que el Huesca, de Primera División, pagara 3M€ por sus servicios. Con los oscenses anotó 5 tantos y bajó a Segunda, pero se ganó un puesto en la máxima categoría ya que el Getafe le fichó a cambio 6M€. En el cuadro madrileño no ha tenido las oportunidades esperadas, y sólo ha podido disputar 9 encuentro entre todas las competiciones. De ahí su salida.
En Pamplona buscará confirmarse por fin en Primera División y tener continuidad en el fútbol profesional.