Con el anuncio de que Barja formará parte de la primera plantilla navarra se ha conseguido una unanimidad poco usual en el osasunismo. Todos celebran esa apuesta por la cantera que tan buen resultado ha dado a lo largo de la historia del club.
Una de las críticas que hubo el pasado verano fue la de que se incorporaran once jugadores, a los que se añadieron tres más en invierno, para afrontar la vuelta a Primera División. Osasuna venía de sufrir en Segunda y de salir adelante gracias en gran parte a Tajonar, con Roberto Torres y Merino como hombres más destacados. Del descenso salió una generación con jugadores como el citado Merino, Berenguer, David García, Unai García, Olavide, José García, Buñuel y Otegui. Éstos dos últimos todavía han seguido este año a caballo entre el Promesas y el primer equipo, como Imanol García, Steven e Iván Márquez en una situación similar. Esos nombres son los que empiezan a formar esta nueva generación de canteranos que pueden aportar mucho en una nueva etapa en la categoría de plata. Miguel Díaz podría ser el siguiente en promocionar, algo que se espera de Steven, Olavide y Buñuel, y que podría llegarle también al portero internacional Álvaro Fernández que parece haberle cogido la delantera a Juan Pérez, o quizá con menos opciones Jaime Dios. A lo largo de la historia del club ha habido dos tipos de canteranos, los que debido a su enorme calidad salen del club dejando mucho dinero en caja, o los que desarrollan su carrera vestidos de rojo defendiendo la identidad del club. Ambos tipo de jugadores son igual de importantes para Osasuna.
Si se logra mantener el bloque de canteranos ya asentados en la plantilla, con la duda principal de si saldrá Berenguer traspasado, y se añade a los nuevos nombres que vienen de lograr al permanencia en Segunda B con el Promesas, se habrá conseguido que Tajonar represente a más de la mitad del club.