Pasan las jornadas y Osasuna sigue empeorando su record, siendo ahora mismo el peor equipo de Primera de los últimos 20 años a estas alturas de temporada. Se roza la reacción por tramos de partidos, pero finalmente esta no llega.
El descenso del cuadro rojillo es virtual, pero los números dicen que si llegara una buena racha todavía existirían opciones remotas. Esa situación es la que está frustrando por momentos a jugadores y afición, que lejos de asumir la situación real, pelean para lograr la épica y al final esta no llega. Ni que decir tiene que, como profesionales, hay que pelear cada encuentro y soñar con lograr el objetivo. Pero la crueldad con la que se está viviendo esta temporada no ayuda a llevar la situación. Con Enrique Martín el equipo logró puntuar ante equipos complicados y la que hasta ahora es la única victoria del campeonato. Incluso si no se hubieran encajado tantos goles en los minutos finales, sus cifras habrían sido mejores. Sin embargo las prisas por verse fuera del descenso hicieron que se le destituyera de malas maneras y antes de tiempo. Fue momento para Caparrós, que en lugar de reactivar el equipo lo hundió prácticamente del todo. No fue capaz de puntuar en Liga y las sensaciones fueron las peores de la temporada. Ya a la desesperada, y para sorpresa de todos, se decidió poner a Vasiljevic en el banquillo. Y hay que decir que los primeros encuentros fueron buenos, el equipo mordía, marcaba goles, incluso puntuaba. Pero de nuevo los fallos defensivos y la mala suerte evitaron resultados mejores. Ese efecto ya ha pasado, y ahora de nuevo tenemos un Osasuna errático en la zona de atrás, menos efectivo en ataque y sin ideas en la creación. Los fichajes de invierno no están rindiendo como se esperaba, y la impotencia de la que hablábamos antes se vuelve cada vez mayor.
Parece difícil encontrar un mensaje optimista, y algunos ya hablan de preparar la siguiente temporada, aunque como sabéis ‘Osasuna nunca se rinde’.