Dejando de lado el pobre juego que desplegó ayer Osasuna, nos volvemos a encontrar con que las decisiones arbitrales perjudican a los rojillos. En mi opinión no se puede hablar de persecución, ni mucho menos de voluntariedad en la ejecución de las mismas. Pero es difícil mirar hacia otro lado cuando, ante la duda, la decisión siempre beneficia al rival.
Ante el Betis fueron tres las jugadas que han suscitado polémica entre el entorno osasunista. La primera de ellas, y quizá que peores consecuencias puede traer al equipo, es la expulsión de Rául García. La entrada en directo no da la impresión de ser para roja directa, una amarilla podría haber sido suficiente castigo para tal acción. Pero atendiendo a la repetición obsevamos como es una entrada, como se diría en argot futbolístico, de naranja. Entonces la roja puede parecer excesiva, pero nunca injusta. En mi opinión es más culpa del jugador por realizarla cuando era totalmente innecesaria que error del colegiado. El balón estaba lejos, no tenía posibilidad de jugarlo, y busca al rival. Un pisotón que puede salir muy caro a Osasuna ya que pierde a su estrella para el determinante partido ante el Málaga.
Las otras dos acciones polémicas tuvieron lugar en el área de Fabricio. En el minuto 88 Ibrahima cabeceó fuera un centro desde banda derecha. En la imagen se observa como es Leka quien le obstaculiza y, por declaraciones posteriores al partido, Nelson admitió empujar al serbio. Considero que el empujón es leve, difícil de ver e insuficiente para pitar penalti. Aunque bien es cierto que, con el reglamento en la mano, están en su derecho de reclamarlo. Por último, la acción más clara y determinante, fue el penalti de Iriney sobre Ibrahima en el tiempo de descuento. El pivote bético iba a despejar el balón cuando Ibra se le anticipó y recibió uan patada que le derribó. Penalti claro, de los que llenarían programas si tuvieran a Messi o Cristiano como protagonistas y que, una vez más, no se pitó. Lo curioso es que, a pesar de la clamorosidad de la acción y de la importancia de ella, los jugadores rojillos no se comieron al árbitro a la hora de protestarlo.
Atendiendo a los programas de televisión más vistos, nos encontramos de nuevo con que esta acción no ha tenido prácticamente trascendencia, ni siquiera tras las claras quejas de entrenador y jugadores. Una vez más ha jugado en nuestra contra el llamarnos Osasuna. El estar en posiciones europeas durante varias jornadas no ha servido de nada, el equipo no existe a nivel nacional y, para bien o para mal, sólo desde Navarra discutimos nuestros logros y miserias. Entiendo las quejas post partido, algunas de ellas subidas de tono, pero en el terreno de juego también hay que morder tanto al árbitro como al rival. Este partido se une al de ida ante el Sevilla, al de Granada y seguramente a alguno más que dejan a Osasuna con QUIZÁ menos puntos de los que merecía tener en su casillero.
nos toman por el pito del sereno. Si ese penalty no se lo pitan al barça o al madrid sus presidentes impugnarian la liga y llenarian horas de television. Con tanta igualdad un punto puede dejarte sin europa.