El entrenador navarro ha tomado la decisión de abandonar el banquillo de Osasuna. Según ha afirmado, la decisión estaba tomada desde hace tiempo por el bien suyo y del club y no tiene nada que ver con el descenso.
Javi Gracia llegó al equipo a principio de temporada después de que Mendilíbar hubiera perdido los tres primeros partidos de Liga. El equipo fue reaccionando poco a poco y con él al mando logró ser competitivo de nuevo, algo que parecía muy difícil. Su mano se empezó a notar y la realidad es que Osasuna mejoró, ganó partidos ante equipos grandes y llegó a tener una amplía renta sobre el descenso. Pero eso no fue suficiente, cinco derrotas seguidas y un final de temporada para olvidar mandaron al equipo a la categoría de plata. Las críticas hacia su trabajo se multiplicaron al ver que no era capaz de reaccionar ante la caída libre que vivían los rojillos, ni siquiera a falta de dos jornadas, con el equipo a punto de bajar, demostró tener la valentía necesaria para ir a ganar y se conformó con un insuficiente empate en Cornellà.
Según se puede leer en osasuna.es, el entrenador ha declarado lo siguiente en rueda de prensa: «Después de una reunión con el Presidente, he tomado la decisión de no continuar. Me gustaría quedarme toda la vida, pero las circunstancias hacen que no sea bueno que me quede ni para el Club ni para mí. Ha sido una decisión tomada hace tiempo y no está fundamentada en el hecho de estar en Primera o en Segunda, ni en si tengo o no otros equipos”. “Es la mejor decisión para mí y para el Club, lejos de aspectos económicos o contractuales”. Ha sido un proceso muy intenso y ha supuesto un gran desgaste profesional. Me considero responsable de todo mi trabajo, del juego del equipo y de los puntos conseguidos. Considero que con un poco más de fortuna hubiéramos conseguido los objetivos. Me he vaciado al máximo, pero no ha sido posible”. “Me llevo una mancha grande en el curriculum, pero, sobre todo, me llevo una mancha en el corazón que la tendré toda mi vida”. “Quiero agradecer a Miguel y su Junta la confianza depositada en mí. Quiero agradecer a la afición, que ha estado muy por encima del nivel exhibido por el equipo. Me enorgullece haber sido parte de esa afición desde que nací y me enorgullece volver a formar parte de ella. Agradecer el día a día con mis colaboradores –técnicos, servicio médico, jugadores, utileros, personal del club, que están entregados al Club día a día-; todo ello es el verdadero patrimonio del Club y es lo que va a seguir teniendo”. Me hubiera gustado terminar lógicamente de otra manera, peor uno no puede elegir el destino. Pero si por algo me hubiera gustado terminar mejor es por un jugador como Patxi que no merecía un final así. Por lo menos merecía un reconocimiento mayor y en una situación más más acorde a categoría como jugador, profesional y como persona”. “Desear todo lo mejor a Osasuna; soy uno rojillo más. El tiempo que he estado aquí me ha servido para inculcar más, sobre todo a mis hijos el sentimiento rojillo. Los llevo de un lado a otro y mucha veces es difícil hacerles partícipe de éste”.