La sanción que podría dejar a Osasuna sin disputar la próxima edición de la Conference League está dando que hablar tanto a nivel local como nacional. Al conflicto con la UEFA se ha unido una «guerra» paralela con la RFEF, mientras se espera el desenlace final.
Desde hace unas semanas el conjunto navarro se ha visto involucrado en una situación que nadie esperaba, y que debido a su incertidumbre tiene en vilo a toda su afición. Todo se remonta a la fatídica temporada 13/14, en la que se descendió tras catorce años en la máxima categoría. Pero todavía faltaba lo más duro para el osasunismo, que era ver como se manchaba su nombre tras salir a la luz unas prácticas ilícitas en las últimas jornada. Afortunadamente la resolución fue favorable al club, que apareció como víctima y evitó importantes sanciones que podrían haberle supuesto incluso la desaparición. Es evidente que se actuó mal, y que al ser un club deportivo gestionado por personas de paso es complicado repartir culpas. Pero no se puede negar que todo ese conflicto salió bastante ‘barato’ a Osasuna. Tan barato que sólo unos años después vive uno de los mejores momentos de su historia. Con un estadio recién reformado, con la deuda con Hacienda saldada, con una estructura profesionalizada y triunfando en lo deportivo con el subcampeonato de Copa del Rey y la séptima plaza en Liga. Es cierto que se descendió, por lo que no se obtuvo un benefició deportivo, y que salvo Ángel Vizcay nadie admitió lo sucedido y no existen pruebas evidentes de lo mismo. Pero lo sucedido está ahí, y alguno puede pensar que es justo que haya ciertas consecuencias.
Sin embargo la actual junta directiva, la plantilla y por supuesto la afición no tienen culpa de lo que sucedió hace una década. Con la sentencia del tribunal todo esto era agua pasada, y lo ganado sobre el césped no debe ser penalizado por algo que no tiene ninguna relación. Además no se pueden cambiar las cosas sobre la marcha, y si el organismo europeo consideraba que esto no debía permitir a Osasuna disputar competiciones europeas, debía haberlo especificado en su momento y con el plazo que consideraran. No puedes llegar ahora, y como se ha conseguido un puesto para la Conference League mirar una causa antigua y cerrada. En el comunicado del conjunto navarro se veía dolor, rabia y resignación, lo que invita a pensar que no son especialmente optimistas. El club además ve como la propia RFEF se queda callada, no como otros equipos, y no ha dudado en decirlo. Aunque en mi opinión esta guerra pública con la federación puede ser peligrosa a medio plazo. Entiendo que en esta partida de ajedrez, si se ha optado por ese comunicado no ha sido en caliente y se cree que comprometiéndoles se verán obligado a ayudar a Osasuna.
Desde el club llevan años haciéndose bien las cosas, y con Fran Canal a la cabeza hay un grupo de profesionales sobradamente preparados para estas situaciones. Por lo que hasta que no haya una resolución definitiva que diga lo contrario, hay que confiar en las posibilidad des jugar en Europa.
Vaya banda la uefa, la federación y demás…….