Una cuestión de dinero

Sin duda la noticia de la SuperLiga es una de las más importantes de la historia reciente del fútbol mundial, que afecta directamente a un Osasuna que se está asentando en Primera División.

La evidente ruina de los equipos más poderosos del panorama europeo no ha servido para que se igualen las fuerzas, sino para que busquen unilateralmente una solución que les hagas todavía más ricos y poderosos frente al resto de clubes. Y es que todo lo relacionado con esta nueva competición, es un tema económico, que se puede argumentar de muchas maneras, pero está basado en el dinero. Son doce equipos que se aseguran perpetuidad en un torneo mil millonario, sin pensar en como puede afectar esto a las competiciones europeas o ligas domésticas. Sin duda el torneo más perjudicado será la Champions League, quizá no tanto las Ligas, aunque en ellas habría una enorme diferencia de presupuestos y lógicamente de plantillas.

Sería más bonito un reparto equitativo, que igualara los niveles de los equipos y así hubiera un fútbol más competitivo. Pero claro, eso no convence a los que están acostumbrados a ser superiores, a tener más dinero, y a ganar un año sí y otro no. Una solución justa no es válida, lo que quieren es volver a ser millonarios. Dice Florentino Pérez que, si juegan los mejores entre ellos, el partido será más atractivo, aunque no cae en la cuenta que en esa Liga de los mejores habrá equipos que serán inferiores, habrá equipos que estén abajo en esa clasificación y que disputarán partidos menos interesantes que otros. De la misma manera que se olvida de que quitar la excepcionalidad a determinados duelos, los hará más normales para el aficionado e irán perdiendo interés conforme se repitan.

Ayer Florentino Pérez, presidente de la nueva competición, decía en un show televisivo que no puede ser que el Barcelona esté arruinado y un equipo de mitad de tabla gane dinero. Pues no, es cierto que no puede ser, es imperdonable, porqué el Barcelona y el Real Madrid llevan años ingresando muchísimo más dinero de las TV, de las competiciones europeas y de marketing que el resto de equipo. Por eso no puede ser. Es un problema de gestión, de haber comprometido más gastos de los que pueden soportar ahora mismo. Y eso no es un problema de los equipos pequeños, o del mal juego, o de que los jóvenes no quieran consumir fútbol. Es un problema de gestión económica cuando eres el que más ingresas. Si el Barcelona está arruinándose, quizá no debería fichar dos jugadores por el importe del presupuesto de cinco equipos de mitad de tabla. Mientras estos hacen ingeniería financiera para no sobrepasar el fair play financiero. Era algo que sabíamos todos, pero en ese argumento se les ven las vergüenzas: Es una cuestión de dinero.

Se venden como los salvadores del fútbol, pero realmente se están salvando a ellos mismos. La única forma en la que dijo que inyectarían dinero al resto de equipos era fichándoles a jugadores. Es decir, la esperanza de un equipo medio es perder a sus mejores futbolistas en manos de los nuevos mil millonarios. ¿Esa es la salvación del fútbol?

El modelo puede estar obsoleto y la Champions puede necesitar un cambio, eso es algo que se puede debatir lógicamente. Pero la solución no es dar perpetuidad a doce equipos para que dominen durante décadas un deporte de los aficionados. Es más, las conversaciones para la creación de esta SuperLiga comenzaron en el año 2000, con el Atlético en Segunda División, con el Valencia en la final de la Copa de Europa y con el Deportivo, hoy en Segunda B, siendo un grande europeo. Unos han mejorado extraordinariamente, y otros han ido a peor, pero siempre por lo que ha sucedido en el terreno de juego. De ahí que no se deba dar perpetuidad a nadie en la competición, porqué equipos que hoy son TOP, en cinco años pueden no serlo, y otros equipos que pasan por peores momentos sí podrían estar en la élite.

Y sobre la perpetuidad se defendía Florentino Pérez, diciendo que no es una Liga cerrada, y que se dejan cinco invitaciones cada año. Cinco plazas para las que pelearán más de cien equipos, para entrar en una competición en la que económicamente vas a estar a años luz de los fundadores. Un panorámica desolador, que sólo puede servir para recibir una inyección económica puntual si tienes la fortuna de ser uno de esos cinco. Es digno de elogiar como clubes como el Bayern de Munich, que hubiera tenido una plaza segura, se han echado a un lado negando participar en este atropello al fútbol europeo y un golpe de estado.