Con el objetivo en el bolsillo hablábamos de la importancia de atar a jugadores con varios equipos interesados, pero también es momento de comenzar a planificar la próxima temporada.
Una vez ‘cerrada’ la renovación de David García y con la de Moncayola en marcha, Braulio ha de centrarse en la incorporación de nuevos jugadores para la plantilla 21/22. Y es que en Osasuna se esperan varias salidas ya sólo con el final de los contratos. Rubén Martínez, Adrián y Roncaglia finalizan su compromiso con el cuadro rojillo, y parece que sólo el último tiene opciones de quedarse, aunque el delantero asturiano fue titular el miércoles ante el Valencia. Si no siguiera Roncaglia, se buscaría otro lateral/central que ocupara su puesto, que podría ser Jonás Ramalho, un cedido con opción de compra que en caso de no ejecutarla también abandonaría el club. Además del defensa cedido por el Girona, Jony, Calleri, Budimir y Manu Sánchez son hombres cedidos que deberían volver a sus clubes de origen. Por el lateral izquierdo hay interés de que vuelva con la misma fórmula, algo que él mismo vería con buenos ojos. Calleri hoy por hoy tiene un precio prohibitivo, y las opciones de compra de Jony y Budimir son inasumibles. Por tanto no sería extraño que no volvieron a vestir de rojo. Seguramente se intentará negociar por los delanteros, pero las pretensiones del fondo de inversión y del Mallorca si asciende no serán baratas. Además hay jugadores con contrato como Enric Gallego, Cardona, Brandon, Barbero o Róber Ibáñez que podrían no contar para el proyecto, lo que dispararía la búsqueda de jugadores de ataque.
De momento no han trascendido nombres, pero está claro que la dirección deportiva tendrá ya negociaciones abiertas con más de dos delanteros y/o jugadores ofensivos, a los que habrá que añadir un tercer portero si no se promociona a Iñaki Álvarez, un lateral izquierdo si falla la vuelta de Manu Sánchez y otro defensa si no se renovara a Roncaglia. Si además hubiera una salida inesperada, tocaría reforzar alguna posición extra.
