Los olvidados

En los últimos días vimos como Osasuna planteaba en las redes un debate tanto a la afición como a sus futbolistas, el del once histórico rojillo.

Dependiendo de la edad de quien hacía la alineación, había jugadores que ganaban por goleada. Ricardo, Azpilicueta, Cruchaga, Monreal, Puñal, Milosevic o Urban aparecían casi con unanimidad. En muchos casos acompañados de grandes fichajes o de los canteranos que más marcaron. Como era de esperar, muchos se dejaban llevar por sus gustos, por esos nombres que les suponían una debilidad particular, más allá de que estuvieran poco tiempo o de que realmente hubieran dado el nivel de otros futbolistas. Sin embargo había otros jugadores, en mi opinión personal mejores, y que dieron grandes temporadas que no se vieron en ninguna, o casi ninguna, alineación. Llamó la atención el buen recuerdo que dejó Plasil, quien con sólo dos temporadas de rojillo, y sin haber sido destacadas, aparecía con frecuencia. Un olvidado fue su ‘sustituto’, Camuñas, que también estuvo sólo dos temporadas pero que fueron de un rendimiento realmente alto. El madrileño no había tenido una carrera brillante, casi siempre en Segunda, pero llegó a Primera y se ganó a la grada a base de goles, asistencias, jugadas eléctricas y mucha entrega. En el centro de la zaga nadie se acordó de Sergio Fernández, central que no daba titulares, pero de un nivel descomunal. Experiencia europea, muchos años en Primera, aunque en plena treintena y rebotado de un Segunda. Las tres temporadas y media que dejó en Osasuna fueron espectaculares. Seguramente el mejor central osasunista de esa época. Otro olvidado fue Alfredo Sánchez, al que los más jóvenes no recordarán, pero que fue clave en el ascenso de 2000 y que no bajó su nivel en Primera. Un todocampista que hizo sudar a Pablo García para ganarle la titularidad. De entre los jugadores de casa cabría recordar a Yanguas y Palacios, que descendieron en 1994, se comieron las seis temporadas en Segunda y devolvieron como capitanes a Osasuna a la élite manteniéndose en ella unos años. Cientos de partidos a sus espaldas con la elástica rojilla. Y, por añadir un portero, incluiría el nombre de López Vallejo, otro canterano de esa época por el que el Milan estuvo a punto de desembolsar mucho dinero y que, a pesar de no tener después la trayectoria esperada, jugó varias temporadas en Primera División. Incluso yéndonos más atrás en el tiempo está Iriguibel, delantero navarro que ganó dos veces seguidas el premio a máximo goleador de Segunda con Osasuna, logrando el ascenso a Primera donde marcó 36 goles las cuatro siguientes temporadas. Será difícil encontrar un canterano con tanto gol.

Es imposible ponerse de acuerdo en algo así, con tantos nombres para elegir, diferentes épocas y siendo algo muy subjetivo. Se podría discutir horas y horas, saliendo múltiples alineaciones.