La vuelta de Kike Barja, más allá de su gran actuación, fue una de las mejores noticias del partido de Osasuna.
Y es que los rojillos necesitaban un jugador vertical, que desequilibrara y encarara una y otra vez. El extremo navarro asumió el reto, y mostró las ganas que tenía tras varios meses sin pisar el césped de El Sadar en partido oficial. La trayectoria de Barja es de sobra conocida por los aficionados rojillos, llegando desde la cantera, con paciencia y mostrando siempre su osasunismo. La mala suerte se cebó con él en forma de lesiones, pero lejos de rendirse ha vuelto con la misma energía y dispuesto a ayudar al equipo.
Con su recuperación, Arrasate tiene una nueva variante en ataque, y seguro que la va a utilizar.