El técnico navarro parece haber devuelto la ilusión a la afición y haber contagiado a los jugadores de sus ganas e intensidad. Martín ya logró un milagro en 1997, y ahora tiene que lograr un objetivo similar aunque en mejores circunstancias.
La situación actual no es tan grave como la que se vivió hace casi veinte años, con una jornada menos por delante y a 6 puntos de la zona de salvación. Ahora mismo Osasuna depende de si mismo y está empatado a puntos con esa zona, si bien las sensaciones invitan a pensar en lo peor. A lo largo de la semana se ha hablado de la intensidad que ha imprimido el entrenador rojillo y del cambio que se ha visto en los jugadores, pero no olvidemos que eso es algo que se dijo cuando llegó Mateo. Y no sólo en los entrenamientos, sino en algunos partidos donde se vio un cambio, sin embargo los resultados después no acompañaron. Así que el de Campanas se ha puesto a trabajar también en lo táctico, probando otro sistema de juego con defensa de cinco y dos delanteros. Como hiciera años atrás, ha tirado de cantera y no ha dudado en subir al primer equipo al lateral de 17 años Buñuel.
Este domingo ante el Mirandés es vital ganar, para así convencer de verdad que el equipo puede sacar esto adelante y que la llegada de Martín Monreal ha supuesto una mejora.
El lunes veremos si se puede hablar de milagro pues no lo veo muy factible por lo que hasta ahora han mostrado los jugadores en los muchos partidos disputados.