Como es habitual en Osasuna, cuando parece que el equipo se ha destacado y está en un buen momento, llega un mal partido que devuelve a la realidad al conjunto rojillo. El famoso ‘si nos confiamos somos muy malos’ de Zabalza, aparece todas las temporadas, y en parte se podía aplicar al último partido.
Javi Gracia realizó una apuesta continuista ante el Levante, que no tuvo tiempo de demostrar su efectividad debido al tempranero gol de Diop. Con el 1-0, Osasuna fue todo el partido a remolque sin ser capaz de imponerse al incómodo juego del Levante. Dio la impresión de que al equipo le faltó carácter para afrontar un partido así. Osasuna tenía argumentos suficientes para llevar el peso del encuentro y pisar más área, sin embargo no fue capaz de hacerlo hasta que los granotas se quedaron con un jugador menos. En la última media hora, no hubo ideas en la elaboración, y casi todos los remates llegaron tras centros laterales. Así no se pudo batir a Keylor Navas, el portero más en forma del campeonato.
Ante el Málaga llega una nueva prueba de fuego. De ganar, Osasuna seguiría con su buena racha como local y daría un nuevo salto en la tabla. Demostrando además que lo de Valencia fue un accidente y que este equipo sabe por que camino va.
No se puede ganar al At de Madrid y luego perder en Levante dando una imagen pésima.
Hay que ser constantes en juego y resultados y eso es lo que le falta a Osasuna, concentración suficiente para conseguirlo.