El esfuerzo extra realizado ayer por el Sevilla beneficia a Osasuna de cara al próximo partido, aunque es lógico que no garantiza nada. Los andaluces diputaron ayer un partido cargado de tensión y trabajo físico, que acabó por suerte para ellos, con la clasificación para la siguiente ronda de la Europa League.
Después de que se lanzara el último penalti, sólo restaban dos días y medio hasta el pitido inicial del partido de El Sadar. Quizá sea muy poco tiempo para recuperarse de un encuentro como el de ayer, de los que desgastan tanto física como psíquicamente y obligan a darlo todo durante 120 minutos. El Sevilla fue capaz de igualar la eliminatoria y certificar su pase en la tanda de penaltis, acabando todos los jugadores exultantes. Sin embargo esto puede suponer un problema de cara a su visita a Pamplona, ya que Osasuna lleva toda la semana preparando el encuentro, incluso dando descanso a algunos de los jugadores con más carga de trabajo, mientras ellos no tienen apenas tiempo para recuperarse y deber realizar un largo desplazamiento.
Con cansancio o sin él, Osasuna está obligado a ganar y romper la mala racha. El del domingo será el primero de los seis partidos que restan en El Sadar, y no se puede perdonar más.