Como cada temporada, Osasuna se ve en una situación complicada a pesar de que parecía que había cogido una cómoda ventaja sobre el descenso. Las dos últimas derrotas y las victorias de Valladolid y Rayo dejan la zona roja a tan sólo tres puntos, y el próximo partido es en el Camp Nou.
Los equipos sufren altibajos a lo largo de la temporada, y Osasuna ha pasado de golear al Atlético y perder sólo dos partidos en diez jornadas, a caer ante dos equipos de su Liga y ofrecer sensaciones negativas que parecían olvidadas. La defensa ha perdido fiabilidad, los laterales ya no hacen tanto daño, dejando clara una vez más la importancia de Bertrán, el centro del campo no juega igual y Oriol Riera parece haber perdido el olfato de gol. Aun así, los rojillos disfrutaron de ocasiones de gol muy claras para haber obtenido un mejor resultado ante el Málaga. A estas alturas de campeonato, no se puede perdonar en ese tipo de acciones y hay que ser más contundentes en defensa. Jugadores como Arribas, Damià, Lolo, Armenteros o Riera, que habían sido claves en la buena racha rojilla, han rendido muy por debajo de su nivel ante Levante y Málaga.
Una de las conclusiones más negativas que se sacan del partido de ayer, es la poca profundidad de banquillo. Javi Gracia no es capaz de encontrar un plan b cuando el equipo titular no funciona. Las tres incorporaciones ofensivas del mercado de invierno, Acuña, Lobato y Nino, de momento no han aportado mucho en los minutos que han jugado, por lo que la recuperación de De las Cuevas será vital para el equipo. En las 11 jornadas restantes, Osasuna debe ser mucho más fuerte en El Sadar y obtener los puntos necesarios para lograr la salvación. Y hay que recordar, que hasta que esta no sea matemática, no se debe confiar nadie.
Cuando no hay un duro es difícil traer jugadores y si encima hay retrasos en los pagos…
Mas de lo mismo cada temporada hasta que un día nos pille el toro y………
Aprovechando un Barcelona en horas bajas, daremos la campanada en el Nou Camp.