Llega el turno de la Copa del Rey, competición que en los últimos años no ha dado muchas alegrías a los rojillos, pero que ha servido para ver a esos jugadores que no gozan de oportunidades en Liga.
El bombo quiso que el primer rival ya fuera de Primera División, lo que complica el pase, pero da más de caché a esta eliminatoria. La situación en Liga no debe equivocar la lectura de estos partidos, que para nada sobran ni pueden perjudicar el devenir del campeonato liguero. Osasuna sabe que es una competición sin obligaciones, que si se pierde no se está escapando ningún mérito esperado, sobre todo teniendo en cuenta que el primer rival ya es de la máxima categoría. Estos dos partidos, o más si se supera al Málaga, sirven para que los menos habituales ganen ritmo de competición y para que el equipo, en caso de lograr victorias, gane moral y sea más competitivo.
Hay jugadores que aprovechan estas oportunidades para ganarse el puesto en Liga, descubriéndose en la segunda competición para acabar ayudando en la realmente importante. Otros, con pocos minutos, suman partidos a sus piernas para que, si hacen falta en Liga, estén más rodados. Además, es una buena ocasión para ver a algún canterano con mucho futuro en el equipo. Por tanto, mañana será un partido importante para los navarros por muchos conceptos.
En Málaga dicen que tras el mal comienzo en la competición liguera la Copa la desechan. Osasuna debe aprovechar esta competición para que se vea a los canteranos en partidos de nivel y para que algunos jugadores más habituales en el primer equipo cojan confianza.
Como están ahora las cosas más vale que nos centremos en la liga por lo que pueda pasar.