El central gallego está siendo una de las revelaciones en las últimas semanas. A principio de temporada partía como cuarto central y no parecía tener muchas opciones de jugar. Poco a poco se ha ido haciendo sitio en el equipo y ha conseguido arrebatarle la titularidad a Miguel Flaño.
Para Rubén, el partido ante el Deportivo es importantísimo, pero no definitivo: «Personalmente no lo llamaría final, porque quedan 18 jornadas. Lo llamaría semifinal, casi una final. No es el punto y final, pero sí puede ser el punto y aparte y entrar en una buena racha ganando al Depor y al Celta; en medio está el Camp Nou, pero esa es una historia diferente». El defensa tiene claro que es importante la unión del vestuario para poder sacar esto adelante: La unión y el compromiso del grupo es muy importante; también lo es saber donde estamos y lo que hemos hecho para corregir, mejorar y salir de ahí”. “Yo vivo en este vestuario y este grupo tiene una calidad humana, colectiva y deportiva. En cuanto a la capacidad ofensiva, yo creo que el gol no es un problema individual. Es un trabajo para cambiar colectivamente. Estamos 11 en el campo y 24 durante la semana. Tenemos que tener más paciencia y más ambición de cara a la portería rival; son cositas que tiene que mejorar todo el grupo. En mi caso aprovechar corners o faltas; alguna engancharé. Pero hay que crear más, porque no sólo podemos vivir de jugadas a balón parado”.
Ha asegurado que es más feliz ahora que está teniendo oportunidades que cuando no jugaba: “A los futbolistas nos gusta jugar y evidentemente estoy más feliz, porque, además, es una recompensa al trabajo diario. Pero no cambiará mi manera de ser; siempre he asumido el rol que me ha tocado y ahora tengo que aprovechar el momento que me está tocando vivir”.
Hay que ganar al Depor aunque sea de penalti y en el último minuto.