A finales de los 80 Osasuna ya se había convertido en un equipo a tener en cuenta, y el Sadar era un Estadio donde a los equipos no les gustaba jugar. Corría Febrero de 1988 cuando el equipo navarro, en mitad de la tabla, recibía al Real Madrid como líder destacado. El equipo blanco vio como apretaba la afición y acabó mordiendo el polvo.
Los rojillos contaban con una de sus mejores generaciones de futbolistas, entre los que se encontraban Ciganda, Bustingorri, Martín, Goicoechea, Ripodas, Sola, Robinson o Roberto entre otros. El Real Madrid, en plena efervescencia de la quinta del buitre, contaba con Hugo Sánchez, Camacho, Buyo, Michel, Gordillo y Butragueño. Ese año ganaron su tercera Liga consecutiva, pero nada pudieron hacer en el Sadar donde cayeron por 2-1 con goles de Goicoechea y Rípodas. El tanto blanco lo marcó Hugo Sánchez de penalti poco antes de que fuera expulsado. Esta victoria sirvió para que Osasuna mejorara sus resultados y finalizara la temporada en la quinta posición, la mejor de su historia hasta ese momento.
Eran los mejores años del Sadar y tenían un equipo que era capaz de ganar a cualquiera. El actual Osasuna debe contagiarse de esa confianza y determinación para superar al Real Madrid de Mourinho y Casillas.
Iniciativa Recuperemos el Sadar.
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