En la mañana de hoy se ha despedido de la presidencia Pachi Izco después de 10 años al frente del club navarro. Con él llegaron los mayores éxitos deportivos de la historia con la Final de Copa, la clasificación para Champions y las semifinales de UEFA. Todavía le restaban dos años más de mandato, pero el agotamiento físico y psíquico le han obligado a tomar esta decisión.
Su comparecencia ha empezado con la lectura de un texto:
«Buenos días a todos y muchas gracias por venir. El motivo de esta convocatoria no os coge por sorpresa: es el momento de anunciar de forma oficial que dejo la presidencia del Club Atlético Osasuna al final de la presente temporada. Antes de proseguir, me gustaría pedir disculpas por cómo saltó la noticia. Mi intención desde el principio era comunicároslo a todos al mismo tiempo en esta rueda de prensa, pero a veces, y los medios lo sabéis, la información y las filtraciones viajan más rápido de lo que a uno le gustaría.
No hay un motivo concreto para abandonar. Es más: son muchas las razones que me animan a seguir… Pero en la vida hay que saber parar, mirar lo que uno ha hecho, razonar, pensar con la cabeza y no con el corazón, y dejar paso a nuevas personas, nuevas caras, nuevos proyectos y nuevas ideas. No tengo ninguna duda de que si mandase sólo el corazón seguiría al frente de este proyecto. Pero la experiencia hace mucho, y la cabeza me lleva a pensar que he cumplido un ciclo. Ha sido una década de mi vida dedicada en cuerpo y alma a mi pasión, Osasuna, y con 66 años y espero que unos cuantos años más por delante el cuerpo me pide otras cosas.
No he perdido la ilusión. Los que me han conocido y los que me conocéis sabéis que me sobra ilusión, pero la vida, como digo, te va adjudicando nuevos objetivos, nuevas metas y retos. Durante diez años he disfrutado del orgullo de representar al equipo de todos los navarros, he podido decir en voz alta que era el presidente de Osasuna y presumir de un club, una institución, que he tratado de defender de la mejor manera que he sabido.
He sido un privilegiado. Ya sea por el esfuerzo de todos los que conformamos la familia rojilla, por el azar, por consecuencia del trabajo bien hecho, o directamente por la conjunción de todos estos factores, he podido vivir desde adentro una década en la que Osasuna ha vivido alguno de los momentos más importantes de su historia. No quiero presumir de final de Copa, del cuarto puesto, de las semifinales de UEFA o de haber sido el único presidente de la historia de Osasuna que no ha conocido al equipo en Segunda División; no son méritos míos. Como decía nuestro más grande campeón, yo sólo estaba ahí. Yo sólo gestionaba de la mejor forma que podía toda la energía que desprende este club.
Por supuesto que se me han quedado cosas en el tintero. Un club de fútbol es un gigante vivo que te obliga a plantearte nuevos retos casi cada día. Ahora bien, cuando asumí la presidencia de Osasuna, tenía tres grandes objetivos: recuperar las relaciones con las instituciones, estabilizar al club en Primera División y encauzar la situación patrimonial y financiera. Creo que las dos primeras se han cumplido y, sobre la tercera, Osasuna puede presumir ahora de tener un patrimonio como pocos clubes. Se me queda la espina de la situación financiera: hemos buscado, hemos propuesto, hemos gastado muy poco porque ingresábamos muy poco, hemos tirado de imaginación, de decenas y decenas de reuniones con patrocinadores, colaboradores, instituciones, hemos planteado fórmulas de todo tipo… Pero al final, nos quedamos con el mensaje de que mantener a Osasuna en esta Primera División es caro y deficitario. Probablemente todo ese trabajo sin una gran recompensa final haya pesado en mi decisión, pero no es el motivo.
El futuro está complicado. Pero no me voy por eso. Soy un peleas y me encanta la pelea. Si no hay un apoyo fuerte, directo y estable, llegan tiempos duros en los que hará falta apretarse mucho el cinturón, habrá que seguir luchando por intentar competir en igualdad de condiciones con el resto de equipos, habrá que seguir buscando apoyos hasta debajo de las piedras, habrá que seguir sufriendo para sumar 43 puntos y habrá que seguir formando piña para que Osasuna cumpla sus objetivos. Quienquiera que asuma la presidencia del club, sabe que puede contar con mi experiencia y con mi apoyo si estima que le puedo ser de ayuda.
Tengo unas ganas locas de volver a mi localidad y poder volver a gritar, volver a sentir esa libertad del socio, sin tener que contener o reprimir las emociones. Me va a dar mucha pena no estar al frente, pero será igualmente maravilloso hacerme a un lado, y desde ese lugar seguir apoyando a este equipo con todas mis fuerzas, que es lo único que pretendía cuando en 2002 decidí presentarme a la presidencia del Club Atlético Osasuna.
Sé que en diez años uno puede granjearse opositores, voces críticas y opiniones contrarias. Y pido perdón públicamente por los errores que haya cometido, pero al mismo tiempo tengo que agradecer la crítica responsable y constructiva de muchas de esas voces que, desde el primer día hasta el último, han estado ahí para hacerme ver que Osasuna es una masa viva, activa, responsable y crítica; que Osasuna es y tiene que seguir siendo una familia enorme en la que la diversidad hace la fuerza, porque unos y otros, pensemos como pensemos, remamos en la misma dirección desde el primer minuto de la temporada hasta el silbido final. Me encantaría cerrar la puerta sin ningún enemigo atrás. Sólo he tratado de hacer las cosas lo mejor que sabía. Todas y cada una de las decisiones que he tomado han buscado siempre el beneficio de Osasuna, un club que amo y amaré, y nunca-nunca el beneficio particular de Pachi Izco. No voy a ponerme ninguna nota, pero estoy muy orgulloso y muy contento de cómo han ido las cosas. Corregiría algunas cosas, pero son muchas más las que volvería a hacer de la misma forma que las he hecho.
Quiero terminar dando las gracias a todos. Sinceramente. A todos y cada uno de los socios, empleados, jugadores, técnicos, colaboradores y patrocinadores, instituciones y periodistas. De forma muy directa a todos los directivos, grandes personas y fieles amigos, que me han acompañado y soportado en el camino. Y muy especialmente a mi familia, que ha sufrido, disfrutado, padecido y celebrado conmigo cada uno de los instantes que me llevo de esta década.
Y para finalizar, decir que ahora que lo he vivido desde dentro, aunque suene a tópico y a frase hecha, puedo confirmar que Osasuna es lo que es gracias a la piña que formamos entre todos. Otros clubes tienen más dinero, más socios, más apoyo, más prensa y más ayuda… Pero lo que nosotros tenemos aquí es una joya que debemos cuidar como se merece. Podemos acertar o fallar, pero nunca podemos darle la espalda. Personalmente, y pese a este adiós, yo nunca lo haré.
Gracias y hasta siempre».
Tras la lectura, llegó el momento de las preguntas de la prensa. Sobre si le costó tomar la decisión o no ha respondido lo siguiente: “Sí es cierto que tuve dudas, pero al final decidí presentarme porque había proyectos que estaban en marcha y que se debían de encauzar y resolver. Lo que ocurre es que eso me va a pasar siempre y hay un momento en el que hay que decir basta. Creo que es el momento de hacer un cambio. No tengo un motivo principal, pero sí que son 10 años de desgaste, con 365 días al año de intensidad con cambios de situaciones terribles. Es bueno que entre aire fresco. La decisión la conocen mis colaboradores más cercanos desde noviembre, pero siempre hay que pensar en el equipo para comunicar determinadas cosas”. Tambien ha confirmado que se presentará Miguel Archanco en las próximas elecciones: No me corresponde a mí. Serán los socios quienes decidan el nuevo Presidente. Miguel (Archanco) puede ser un gran Presidente, pero la palabra final la tienen los socios. Además que haya otra propuesta puede ser enriquecedor para el club. Esté quien esté, yo estaré a su disposición si me necesita”.
Sobre sus mejores momentos recuerda la previa de Champions donde afirma que el Hamburgo eliminó injustamente a Osasuna. El momento más duro ha afirmado que fue no poder disfrutar de la final de Copa del Rey como un aficionado más. También ha tenido palabras para Zigando, a quien veía como el sucesor de Zabalda, y para Camacho de quien ha dicho que tenía cosas positivas aunque la gente no las viera y que cumplió sus objetivos.
Sobre la situación económica se ha mostrado optimista: “Creo que se llegará a una solución antes de que comience la próxima temporada”.
Se ha despedido con un “Quiero que me recuerden como una persona normal”.
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Izco vete ya!!
Izco Kampora¡¡¡¡¡¡¡¡
Suerte Pachi en tus nuevos proyectos y gracias por tu labor de estos años.