El delantero catalán, que esta campaña ha militado en el Fuenlabrada en Segunda División, ha anunciado su retirada del fútbol.
Pese a jugar sólo dos campañas como rojillo, en las que disputó 65 partidos y marcó 17 goles, su osasunismo siempre ha quedado patente. Ambas temporadas las jugó en Primera, y en ambas se descendió. En la primera de ellas, dio todas las facilidades y eligió su destino pensando en el beneficio del club. Y en la segunda vino perdiendo dinero para así poder volver a jugar como local en El Sadar. En su despedida ha tenido palabras muy bonitas hacia el conjunto navarro: «¿Qué decir de Osasuna? Ya por todos es sabido mi amor por este equipo y esa ciudad, allí me convertí en mejor persona, fui padre por primera vez. Es el mejor ambiente que he vivido en un campo de fútbol y en un vestuario, mi amistad con ellos aún perdura y estoy seguro que seguirá para siempre. Ya lo dije muchas veces, mi amor a ese club es inmenso, cuando apostaron por mi estando en Segunda es tremendo, una espina muy fuerte de no poder conseguir la permanencia, y tener que salir obligado por temas económicos. Me da mucho orgullo haber pertenecido a ese club y no haber podido jugar en el nuevo Sadar. Desde dentro, el respeto de la gente, lo que nos apoyaba, incluso en momentos difíciles eso no se ve muchas veces. La ciudad de Pamplona se ha portado muy bien conmigo, nos tiene enamorados, vamos muchas veces y espero que alguna vez volvamos a cruzarnos. Mi tanto más bonito es el gol con Osasuna en Villarreal de espuela a centro de Armenteros y con Asenjo de portero”.
Oriol Riera, de 34 años, busca empezar una nueva etapa como entrenador.