Ronaldo sufrió para ganar

El mítico delantero brasileño, uno de los mejores jugadores de los últimos 25 años, visitó El Sadar en tres ocasiones y nunca tuvo un partido fácil.

Ronaldo llegó a la Liga española en 1996, con Osasuna en Segunda, y se convirtió en el mejor jugador del mundo. Las lesiones frenaron su carrera, pero aun así sumó dos Mundiales, dos balones de oro, tres Fifa world player, numerosos premios de máximo goleador y títulos nacionales e internacionales. Hasta su etapa en el Real Madrid no pisó El Sadar, y su debut no podría ser más amargo. Era el año 2003, jornada 22, y la clasificación era un tanto extraña con Osasuna empatado con el Barcelona a 2 puntos del descenso. Mientras que el Madrid era segundo persiguiendo a la Real Sociedad. Aguirre estaba en el banquillo y los rojillos ya tenían un carácter propio, pero ese día iban a tener un inesperado protagonista: Manfredini. El marfileño, en su primera titularidad en Osasuna, superó a Michel Salgado y batió a Casillas. Ronaldo jugó los 90 minutos, pero no pudo hacer nada para su equipo que se quedó con uno menos por expulsión de Figo en el minuto 63. También quedó para la historia Gancedo sacando bajo palos un cabezazo de Morientes en la última jugada. Una temporada después la historia estuvo a punto de repetirse, en la jornada 13, con Osasuna de nuevo empatado con el Barcelona pero esta vez en la 5ª posición. Un marfileño también fue protagonista, Bakayoko, que marcó el 1-0 en los primeros minutos del encuentro. Sin embargo esta vez Ronaldo sí salvó a los suyos y logró empatar en el minuto 73. El brasileño seguía sin ganar, volvía a pasar apuros, pero al menos había marcado en uno de los campos más míticos del fútbol español. Y la campaña siguiente logró su único triunfo, aunque no fue precisamente fácil. Era la jornada 23, Osasuna estaba en mitad de tabla con bastante distancia con el descenso, y el Madrid peleaba el título con el Barcelona. Los navarros de nuevo se adelantaron con un tanto de un delantero africano, esta vez de Webó, y mantuvieron la ventaja hasta el cuarto de hora final. Marcaron Owen y Helguera, casi seguidos, y con Ronaldo sustituido en el minuto 89 lograron un sufrido triunfo.

El brasileño fue uno de los mejores jugadores de su época, el mejor goleador de esa década, y formaba parte de una plantilla histórica. Aun así no logró ganar en El Sadar más que una vez, y siempre que vino comenzó perdiendo. Al año siguiente fue baja para el partido de Pamplona, y ya nunca volvería a pisar ese césped.

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