200 veces Oier

El jugador navarro sigue haciendo historia en el club rojillo con el que debutó hace ya nueve años. Su polivalencia y entrega le han hecho indiscutible las últimas temporadas con todos los entrenadores.

Oier no fue un jugador que lo tuviera fácil en Osasuna. Siendo el capitán del Promesas y a los 22 años le llegó la alternativa en el primer equipo de la mano de Ziganda. La lesión de Monreal en el lateral izquierdo, la nula confianza en Tiago Gomes y su polivalencia le sirvió para tener un hueco en la defensa navarra. Con la destitución del Cuco y la llegada de Camacho siguió en el mismo puesto, hasta que se recuperó el defensa internacional. Una lesión de rodilla en su vuelta al filial y pocos minutos obligaron a cederle al Celta de Vigo en busca de una oportunidad, y no la desaprovechó. Se hizo un fijo en el centro de la defensa gallega, y logró el ascenso a Primera volviendo a Osasuna como un jugador de un estatus mayor. Mendilíbar apostó por él como centrocampista que actuaba por delante del doble pivote, y el equipo logró la salvación. Con Javi Gracia le costó más tener minutos, y llegó el descenso a Segunda División. El estellés quiso seguir en casa, y tuvo la mala fortuna de volver a lesionarse de gravedad en la rodilla durante el primer partido de Liga. Oier, luchador, no se hundió y llegó a los partidos finales de Liga para lograr la salvación con Martín Monreal. Y desde entonces nadie le ha sacado del equipo, ya sea como medio, lateral, carrilero o ahora central. Un ascenso a Primera, otro descenso y muchos partidos a sus espaldas hasta llegar a los 200 con la elástica rojilla.

La lesión de Miguel Flaño le dio el brazalete de capitán, que porta cada jornada como osasunista de corazón que es.

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